Historia del Castillo de Raby

Construido para la poderosa dinastía Nevill, el Castillo de Raby, aún anuncia la influencia y riqueza que la familia tenía aquí en el norte. A pesar de que el rey Knut probablemente tuvo una fortificación construida aquí en el siglo XI, el castillo actual se remonta a John, el tercer barón Nevill, que comenzó a construirlo en 1360.

 

 

Los Nevill, vivieron en Raby hasta 1569, y después de que fracasó la sublevación del levantamiento del Norte, perdieron sus posesiones en manos de la Corona. No fue hasta 1626 que el rey le dio el título y el país a Sir Henry Vane. Sus descendientes todavía viven en el Castillo de Raby hoy en día, el dueño actual es el undécimo Lord Barnard.

 

 

Durante la Guerra Civil inglesa, el castillo sufrió daños leves durante un asedio en 1648. Por supuesto que lo habían reparado, pero las conversiones no comenzaron hasta el siglo XVIII, por lo que se rediseñó el gran vestíbulo de entrada para que se pudiera entrar en él en autocar.

No sólo el castillo fue reformado por dentro y por fuera, sino que también el paisaje circundante fue transformado. El foso fue drenado, se excavaron estanques y se acondicionó el parque paisajístico. La última fase de cambio comenzó en 1843 bajo William Burn. En particular, el frente sur fue embellecido y se creó el salón octogonal. Desde 1891, el Castillo de Raby ofrece la vista actual.

 

 

Se ofrece a los visitantes la oportunidad de visitar el castillo. La estructura de la cocina ha permanecido casi inalterada desde su construcción en 1360, excepto por las ventanas que se añadieron en el siglo XVII. Los muebles de cocina también son más modernos.

Sin embargo, particularmente interesante, es la comparación entre las habitaciones de los sirvientes y el dominio, ya sea comedor o dormitorio. El más impresionante es el Salón del Barón, aunque ya no tiene las dimensiones de 1569 cuando 700 caballeros se reunieron aquí para apoyar a María, reina de los escoceses, pero el magnífico techo de vigas es impresionante.

 

 

Alrededor del castillo hay un hermoso parque en el que se puede pasear. Los jardines amurallados no son más que encantadores. Imprescindible para los amantes del jardín. Aquí todo el mundo encuentra un lugar tranquilo. Y si, después de la visita al museo del autocar, crees que ya has tenido suficiente de cultura y naturaleza, entonces el Salón del Té, sigue siendo tentador.

 

 

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