Historia del Castillo de Eringerfeld

El gran castillo barroco de Eringerfeld, se encuentra en una posición solitaria, entre el Hellweg, en dirección norte y la cresta de Haarstrangkamm, en el sur. Probablemente ya existía un antiguo asentamiento «Erjerinkhusen», mencionado en 1280 y 1353, después del cual una familia noble se llamaba a sí misma.

En 1395, la hacienda de los Señores de Erkerinkhusen, fue dividida y vendida. Después de muchas otras ventas y divisiones, la familia v. Hörde, dividió su propiedad en Störmede, Boke, Schwarzenraben y Eringerfeld, en 1529. Christoph v. Hörde, a quién Eringerfeld cayó, fundó la línea v. Hörde zu Eringerfeld.

 

 

En 1661, la capilla fue reconstruida por una fundación de Georg v. Hördes, quién era canónigo en Hildesheim. Por lo que, en 1676, se inicia el nuevo edificio del castillo.

Luego, ya en el año 1781, el barón Franz Ludolf Joseph von Hörde de Eringerfeld, murió sin hijos. Posteriormente, su viuda transfirió el castillo a su hijastra, Marie Cunigunde v. der Decken, con quién Friedrich Clemens Freiherr von Ketteler, se casó y entregó a sus nietos Wilderich Freiherr v. Ketteler en 1922.

En la década de 1960, el Sr. Kirchner, licenciado en administración de empresas y propietario de 3 escuelas privadas, buscaba una casa grande. Y por suerte, lo encontró en el castillo de Eringerfeld. El Sr. Kirchner, vió más el área grande, la Sra. Dr. Kirchner, el hermoso castillo barroco temprano y su condición muy deteriorada.

 

 

Cuando la familia von Ketteler, había abandonado el castillo, se vió expuesta rápidamente a la decadencia y en la época del nacionalsocialismom los misioneros holandeses fueron acogidos por la fuerza. Luego, la provincia jesuita alemana, estableció su facultad de teología en Büren. El noviciado llegó a Eringerfeld y no había ningún consuelo en absoluto.

Cuando la familia Kirchner, se mudó en 1964, nada había cambiado. Pero las tres cuartas partes de los muros de un metro de espesor, eran estables. Algunos muebles preciosos que eran demasiado pesados para llevar a cabo, pero las muchas chimeneas importantes y los muebles y tallas de roble fueron bien preservados.

La renovación del castillo, el rediseño del parque construido, según los antiguos planos, y la pintura gótica expuesta de la capilla, han costado varios millones de euros.
Fuente: www.schloss-eringerfeld.de

 

 

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