Historia del Castillo de Corfe

Situado en una colina con vistas a la isla de Purbeck, el Castillo de Corfe, es una de las ruinas más bellas de Inglaterra.
Los primeros edificios, una pequeña sala y un muro circular, se construyeron poco después de la conquista normanda en el siglo XI. Todavía se pueden ver hoy en día en la cima de la colina.
Durante el reinado de Enrique I, se construyó la gran torre.

 

 

Su sucesor, el rey Juan, pasó mucho tiempo en el castillo de Corfe, y construyó la muralla circular alrededor del patio occidental con una torre. Además de una zanja que separaba el patio exterior sureste del resto del castillo y las fortificaciones que rodeaban el patio exterior.
Bajo Enrique III, se reforzaron las fortificaciones y se construyeron dos pórticos. El castillo permaneció en posesión real hasta que Elizabeth I, se lo entregó a Sir Christopher Hatton, su profesor de danza, en el siglo XVI.

 

 

En 1635 el castillo fue vendido a Sir John Bankes, Lord Presidente del Tribunal Supremo.
Años más tarde, en 1643 las tropas parlamentarias habían conquistado la mayor parte de Dorset, y el castillo sobrevivió a un asedio de seis semanas. Sir John Bankes, murió en 1644.
Luego, en 1645, el castillo fue asediado por segunda vez por el coronel Bingham, gobernador de Poole, y conquistado en febrero de 1646.
El Castillo de Corfe, fue sistemáticamente destruido por las tropas parlamentarias. de la familia Bankes hasta 1982, año en que fue cedido al Patronato Nacional.

 

 

Los orígenes de la edificación pueden llegar a datarse para mediados del siglo XI. La historia de las islas británicas está llena de invasiones y conquistas, por lo que se construyó la estructura básica del castillo con la intención de vigilar y proteger la vía de Wareham-Swanage.

No obstante, en el lugar donde reposan sus restos se tienen registros de la existencia de baluartes defensivos previos al castillo. Mucho antes de la época de la conquista de los normandos, se erigió en la zona lo que más tarde serviría como base del Castillo de Corfe.

Para el siglo XIII, la edificación ya había sufrido algunas de sus más grandes modificaciones. Sus vestíbulos al igual que los altos muros que la protegían ya se hallaban terminados. A finales de este mismo siglo, se terminan sus torres y gran parte de sus muros decorativos y defensivos.

Ubicación

El Castillo de Corfe se encuentra ubicado en el condado de Dorset, una locación considerada bastante oscura y no muy lejos de las colinas de Purback. Específicamente, se pueden hallar las ruinas de Corfe en The Square, Wareham, en el mencionado condado ubicado muy al sur del país y cercano al canal de la mancha.

El revolucionario Castillo de Corfe se encuentra en la actualidad convertido en un monumento nacional. Su acceso está disponible desde la calle Wareham-Swanage 351, punto neurálgico del tráfico vehicular. Se maneja bajo administración de la National Trust y puede ser visitado por particulares de Lunes a Domingos.

 

Es una de las edificaciones antiguas más celebres del Reino Unido. Gran parte de los hechos políticos y bélicos más importantes de la historia inglesa transcurrieron muy ligados al Castillo de Corfe. Se trata de una estructura histórica, de la que en la actualidad solo quedan algunos vestigios de lo que fue.

No es una estructura que esté ligada a un solo periodo de la historia. A través de esta sufrió grandes modificaciones, muchas veces motivadas por ataques de los enemigos de la nobleza. Hoy en día, aun en ruinas conserva gran parte de su beldad y magia intrínseca.

Su nombre

La zona en la que se ubica el castillo perteneció por mucho tiempo a los sajones. Es por ello que su nombre Cofre proviene de un vocablo de estas tribus. Su traducción al inglés es Gap, cuyo significado en lengua castellana actual es “agujero” o “hueco”.

Que vamos a conseguir al visitar el Castillo de Corfe

Hay que tener muy claro que no vamos a conseguirnos con estructuras de un castillo en pie. Se trata de ruinas que bien conservadas nos aportan una visión de la época medieval en la isla Británica más grande.

Al llegar a Dorset vas a poder apreciar el contraste entre una sociedad moderna y las ruinas del Castillo de Corfe. Este se ubica sobre una colina bastante alta, por lo que desde casi cualquier punto que te encuentres veras una postal de la fortaleza (o lo que queda de esta).

Antes de llegar al propio castillo vas a poder hacerte una idea de lo que significaba proteger una edificación de la costa. Oirás el ruidoso batir de las olas, que golpean fuertemente contra las rocas de la costa y la moldean.

Una vez arriba de la colina te aseguramos una impresión inmediata. Vas a tener una extensión de terreno bastante amplia que recorrer, a la vez que observas de primera mano el vestigio puro de luchas por el poder. Las ruinas del Castillo de Corfe tienen mucho de mágico y atrayentes.

Podrás hacer recorridos guiados o ir por tu cuenta si así lo deseas. Toma las fotos que quieras y hasta puedes hacer un picnic en los alrededores de monumento (en el interior evidentemente no). Observa muy bien lo que queda de las paredes, entradas y torres de la estructura del medioevo.

Una prisión real

En esta misma época, todavía bajo el control de las tropas del rey era utilizado para albergar a prisioneros de la corona. Llego a ser un paraje temido por invasores y enemigos de la corona de Inglaterra. Era un centro de detención y también de torturas.

Con el paso del tiempo fue perdiendo importancia relativa como bastión de detención. Pero en secreto, monarcas como Juan y Enrique III utilizaron el castillo para albergar y proteger tesoros de la corona inglesa. En los siglos posteriores, serian nobles ingleses quienes darían uso a la edificación antes de uso real.

La venta del castillo

Seguiría en manos del rey de Inglaterra hasta que durante el siglo XVI fuera vendido por la reina. Isabel I sale del castillo de manos de Christopher Hatton. No conforme con ello, estaría poco tiempo en manos del noble pues también lo vendería a otro parte de la nobleza.

Con el advenimiento de las Guerras Civiles en Inglaterra, el monarca Carlos I busca baluartes desde los que defender su reinado. Es por ello que hace uso del noble y adinerado político John Bankes, quien adquiere la propiedad a nombre de su majestad y para uso oficial.

Resistencia y caída

Durante sus primeros siglos de existencia no enfrento peligros que pusieran en serio riesgo su integridad. Sin embargo, este hecho estaría a punto de cambiar con el ataque las fuerzas de los parlamentarios. Se estima que funcionó como una fortaleza inexpugnable, que dio origen a la conocida leyenda “Brave Dame Mary”.

Hay registros de dos asedios al Castillo de Corfe. El primero de ellos se prolongó durante al menos 5 o 6 semanas. Los albergados realistas triunfan en su labor defensiva, provocando pérdidas considerables a los invasores que se retiran derrotados. El castillo no sufre daños considerables en el momento.

Sin embargo, tres años más tarde en 1646 se produce la segunda intentona de invasión y destrucción del castillo. En esta ocasión y con un mejor plan los parlamentarios hacen de las suyas y acaban con la fortaleza. Sería el fin de una de las fortalezas más importantes de la corona de Inglaterra.

Desde entonces hasta la actualidad

Una vez dinamitada la estructura, los habitantes de los suburbios cercanos se dieron a la tarea de tomar materiales de construcción del antiguo castillo. De ahí en más, los destrozos quedaron reducidos a ruinas que fueron saqueadas.

Con el paso de los años y la restauración de la monarquía los Bankes no se preocuparon por la reconstrucción. No sería sino hasta 1980 cuando esta familia cede la propiedad a la National Trust. Al sol de hoy, el Castillo de Cofre es un monumento nacional de valor histórico. Desde 2006, después de ser restaurado está abierto al público.

Ir hasta el Castillo de Corfe

Desde cualquier parte del Reino Unido puedes ir hasta el Castillo de Corfe. Lo primero es evidentemente llegar a condado de Dorset  de ahí en más solo tienes que dirigirte a por la ruta A351. Una vía publica bastante conocida y fácil de hallar.

El monumento se encuentra administrado por la National Trust, razón por la que va a poder conocerlo por dentro y por fuera. Puedes acudir a visitar cualquier día de la semana, aunque son los fines de semana y los días feriados los que son más concurridos de todos.

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