En la pequeña comuna francesa de Tuchan, en la región de Langedoc – Roussillon, encontramos, en lo alto de una colina rocosa. Desde su construcción a inicios del siglo XI, su posición privilegiada permitió a sus dueños mantener el control a las Corbieres.

Esta fortaleza es parte de las llamados cinco hijos de Carcasona, que no son más que cinco castillos que delimitaban la frontera sur con el Condado de Barcelona. De esta manera las fortalezas de Quéribus, Peypertuse, Puilaurens, Termes y Aguilar eran una cadena de castillos cuyo fin era mantener una sólida defensa del territorio.

Pero quizás estas edificaciones militares gozan de una mayor popularidad por su papel en la cruzada contra los cátaros. Siglos después por su paso al dominio del rey de Francia. Estos castillos, incluyendo al de Aguilar formaron parte de una nutrida historia entre el reinado francés y la corona catalano – aragonesa.

Historia del Castillo de Aguilar

El Castillo Cátaro Aguilar se eleva sobre un paisaje de brezales del sur desde la llanura de Tuchan. El nombre de la ruina del castillo deriva del latín «aquila» y significa águila. La fortaleza fue mencionada por primera vez en el testamento de Bernard Taillefer, Conde de Besalú y bisnieto de Wilfred el Peludo, en el que legó el Puy (colina) de Aguilar a su hijo mayor Guilhem.
El Puy se convirtió en un castillo bajo los señores feudales de Termes. Sin embargo, después de la cruzada contra los albigenses, Aguilar perteneció al rey francés, que devolvió las fiestas del castillo a Olivier von Termes en agradecimiento por sus servicios en Tierra Santa.

Uno de los episodios históricos más emblemáticos del castillo de Aguilar lo represento el siglo XIII. En ese momento el papa Inocencio III inició una cruzada en 1209 hasta 1244 para destruir al movimiento cátaro. Para la Iglesia los cátaros y su interpretación teológico filosófica era sumamente peligrosa.
Para la dinastía Capeto, reinante en Francia entonces, también eran un problema y los dominios cátaros  bastante apetecibles. En esos momentos el castillo de Aguilar se encontraba bajo el señorío de Raymond de Termes quien, al igual que muchos señores feudales, apoyaban a los cátaros.

 

En el año de 1210 Simon de Montfort, archienemigo de los cátaros logró tomar el castillo de Aguilar y logró poner a Raymond de Termes bajo custodia. Durante 30 años este castillo permaneció desocupado, hasta que el hijo de Raymond, Oliver de Termes se reveló contra los cruzados. La revuelta tuvo un éxito parcial, si bien Oliver logró hacerse de esta plaza militar eventualmente cayó nuevamente bajo el yugo de los cruzados.

Una vez Oliver de Termes se convirtió al catolicismo le fue devuelto el castillo, acto que ocurrió en 1250. Durante el periodo que este castillo, al igual que las otras fortalezas cátaras de la zona, sirvieron de refugio a los caballeros fieles a las causas cátaras y nobles despojados de tierra, los faidit.

 

Fue en 1261 que de manera definitiva el castillo pasase a manos de la monarquía francesa. A partir de ese año el castillo de Aguilar se convirtió en la fortaleza real y uno de los «hijos de Carcassone» cuando fue recomprada por Luis IX, rey de Francia.

Sin embargo, en 1659 la frontera fue desplazada más al sur y el castillo perdió su importancia estratégica y fue abandonado. El castillo fue construido con fines militares y fue diseñado para ser defendible.

Es hasta el siglo XX que el castillo vuelve a retomar un ámbito de interés. Esto se debe a que en 1949 el castillo de Aguilar se clasificó como un Monumento Histórico de Francia. Esto ha traído como consecuencia que se desplegaran varias jornadas que buscan restaurar la construcción para garantizar su seguridad y mejorarla. Este castillo junto con las de Montsegur,  LasTours, Puilaurens, Queribus, Termes, Peyrepertuse y la ciudad de Carcasona se encuentran en vísperas de convertirse en patrimonio mundial de la humanidad.

Características del castillo de Aguilar

El castillo de Aguilar se encuentra dominado la llanura de Tuchan gracias a la colina rocosa que lo coloca 96 metro por encima de la pradera. En términos concretos la fortaleza se ubica a unos 400 metros sobre el nivel del mar. En sus flancos oeste y sur cuenta con unos despeñaderos que representan una defensa natural. No obstante posee unas laderas suaves que facilitan su acceso, por lo cual no termina siendo del todo inexpugnable.

A nivel arquitectónico posee elementos que lo distingue de otros castillos cátaros. Lo primero es su planta poligonal de la cortina interior que data del siglo XII. EL recinto externo que bordea a la torre de homenaje o casa torre es de patrón hexagonal. En las seis esquinas de esta formación se construyeron seis torretas semicirculares erigidas en el siglo XIII. Fue en este mismo siglo que se incorporaron a la construcción una cisterna y una capilla encomendada a Santa Ana.

Toda la zona del castillo está rodeada por una muralla circular y está protegida por torres semicirculares. En sus bodas, tenía un sofisticado sistema de defensa para detener a los atacantes. La pared original tenía dos habitaciones: la residencia del señor del castillo y la sala de guardia. Ambas salas tenían aberturas abovedadas para dejar pasar la luz y defenderse.

Si se observa desde el cielo al castillo de Aguilar, lo primero que resalta es lo irregular de la distribución de sus torretas defensivas emplazadas en la cortina exterior. En términos concretos al intentar ajustarse al terreno de la colina, las 3 torretas que dan más hacia el este están bastante cerca entre sí. Mientras que las torretas del oeste distan mucho de las occidentales. Otro detalle de este castillo es que la muralla es mucho más delgada del lado de los acantilados, mientras que por el acceso a la ladera es mucho más gruesa.

Recorrido por el castillo de Aguilar

EL castillo de Aguilar, patrimonio vivo del pueblo francés atrae a miles de turistas cada año que desean revivir  la historia medieval de esta región. Aguilar pertenece a la maravillosa ruta de por ,os castillos cátaros en Francia.

Ya que está sobre una colina puedes detenerte a contemplar los increíbles viñedos que cubren sus suaves laderas. Para subir a la colina deberás sortear unos pasajes que a cada paso te irán sumergiendo en la historia del castillo. Lo primero que te encontrarás es la muralla o cortina externa que protegía la torre de homenaje. Inmediatamente te darás cuenta de las torretas semicirculares ubicadas en los ángulos de la cortina exterior.

 

El pueblo de Tuchan, que también merece la pena visitar, está situado a pie en el Castillo de Aguilar. El callejón sombreado relata un pasado agitado y se puede llegar a la iglesia de Saint-Jean por la calle del Fuerte, que servía para defender el pueblo durante la Edad Media. Aquí usted debe visitar definitivamente el hermoso altar del siglo XVII. Y el campanario muestra la influencia de Cataluña.

Sugerencia: Como todavía hay una buena manera de subir del aparcamiento (unos 15 minutos) y a menudo hace viento en la parte superior del castillo, recomendamos llevar zapatos resistentes y ropa apropiada.

(c) Imágenes: Gracias a Martin Momper!

• • Dirección del Castillo de Aguilar en Google Maps

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